Saul Sultan queda en libertad
‘Sólo quiero que vea a sus nietos’

Eva Sanchis/EDLP

"Saúl Sultan llevaba 9 años y ocho meses en prisión por posesión de 4 onzas de cocaína"

Nueva York — En silla de ruedas, sin esposas y con una bolsa de plástico con sus pocas pertenencias, compareció ayer ante la Corte Suprema de Brooklyn el veterano de la Segunda Guerra Mundial, Saul Sultan, de 81 años.Sultan, un ex joyero de origen sirio, será excarcelado hoy de Riker’s Island después de que la jueza Patricia DiMango redujese su sentencia adaptándola a las nuevas penas establecidas tras la reforma de las Leyes Rockefeller.

Sultan fue condenado en 1995 a un término en prisión de 15 años a cadena perpetua por posesión de cuatro onzas de cocaína, descubiertas tras una redada en su club Pop’s Lounge, en Brooklyn. Era el segundo recluso más anciano en una prisión estatal por un delito de droga.

El fiscal del Brooklyn, Charles Hynes, y la abogada de Sultan, Margaret Ratner Kunstler, estuvieron de acuerdo en que el anciano, que llevaba nueve años y ocho meses en prisión, había pasado tiempo suficiente tras las rejas.

La jueza DiMango excusó a Sultan de levantarse cuando se inició la sesión y, en algunas ocasiones, tuvo que esperar a que su abogada le repitiese al oído algunas de sus instrucciones.

Al reducir su sentencia a nueve años en prisión, DiMango aseguró que tuvo en cuenta, entre otras cosas, el delicado estado de salud del
anciano, que sufre artritis severa, y su buen comportamiento en prisión, donde trabajó como bibliotecario, además del hecho de que su excarcelación “no supone un peligro para la sociedad”.

Tras su excarcelación, Sultan vivirá con su hija Sandra, de 49 años, y su cuñado en Nueva Jersey. Sandra, que no quiso revelar su apellido, aseguró que se ha sentido “en una montaña rusa” durante estos años, siempre pendiente de la reforma de las denominadas Leyes Rockefeller.

“Llevo años esperando este momento; sólo quiero que mi padre venga a casa y pase los años que le quedan con sus nietos”, afirmó.
Randy Credico, miembro de la Fundación Kunstler, felicitó al fiscal Hynes por su diligencia y aseguró que su oficina “es un modelo para los otros fiscales de distrito”. “Sólo hemos tardado una semana en lograr una audiencia en corte, pero hay otros fiscales, en los 11 condados en los que estamos trabajando, que están retrasando las audiencias hasta ocho semanas”, se quejó.

Manhattan, Brooklyn y Queens son los condados que cuentan con un mayor número de casos que esperan una resentencia. Hay más de 100 casos dependientes de la fiscalía de Manhattan y 62 de la de Brooklyn

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